lunes, 20 de abril de 2015

Sr. Lorenzo Mendoza

Me uniré a las cartas abiertas que provocó su opinión acerca de los que intentamos irnos o de los que se han ido. Lo haré porque sé y he vivido durante varios años con la tristeza de no tener mi familia completa en Venezuela.

Aunque admire muchísimo su liderazgo y manera de trabajar por Venezuela, considero que sus problemas no son iguales a los del venezolano común, quitándole el derecho a hacer un comentario tan duro con respecto a esos venezolanos que "cambiaron unos problemas por otros" o que los queremos cambiar.

Me encantaría poder pensar como usted si no me tocara tener miedo cuando salgo a la calle o si tuviese oportunidad de ejercer mi carrera eligiendo lo que quiero hacer entre muchas opciones, no con limitaciones. Igualmente me encantaría conseguir harina pan o sus productos de la Bodega Pomar en cualquier tienda en el país.

También me gustaría vivir este país como lo hicieron mis padres. ¿No cree que es injusto viajar y sentirse seguro en cualquier otro país menos en el nuestro?  Yo quiero salir a la calle sin miedo en Venezuela.

Sr. Mendoza ¿Cómo me haría su discurso reconsiderar mi decisión de irme si este país nos está robando vidas, oportunidades, libertades y los valores a muchos otros venezolanos?

Yo creo en Venezuela, pero también creo en mí y en lo que puedo hacer para cambiar el mundo, no quiero que un asesino me arrebate los sueños mí o a algún otro venezolano. Es una decisión difícil, pero es una decisión personal, que se toma con dolor, miedo e impotencia.

Cada quien es libre de tomar decisiones que los harán crecer profesionalmente y que quizás salvarán su vida. Alejarse de sus padres, hermanos, pareja y hasta de sus amigos no es fácil, pero es la única que nos queda a muchos después de que la mayoría decidera tener un líder que no cree en todos los venezolanos por igual.

Gracias por luchar y acompañarnos en nuestro país, pero no nos haga sentir "sin corazón" por querer salir del lugar que nos está quitando las oportunidades.

Además, no nos condene porque por esas decisiones tengo que esperar años para ver a mi hermana nuevamente y no podré celebrar mi título universitario con  ella, al igual que se pierde a sus sobrinos, a sus papás y abuelas.

Sepa que entiendo su punto de vista y lo respeto, más no lo comparto, igual que usted no comparte el nuestro.

Saludos,

Leonor Herrera, una recién graduada que busca opciones.