A veces necesitamos abrir nuestra mente, buscar lo que no nos hace feliz para dejarlo ir y encontrarnos libremente con nuestro Yo interno.
Muchas veces terminar una relación y estar "soltera" puede parecer que se está por entrar a la casa del horror, pero cuando dejas a un lado el dolor, los arrepentimientos, las culpas, allí te das cuenta de que lo único que viene es vida, que el reloj sigue y ningún dolor o el amor la detendrá.
A veces me preguntaba qué había hecho mal, qué dije o dejé de decir, qué hice o dejé de hacer... Ya no importan esas preguntas o las respuestas ¡hoy puedo hacerme nuevas!
¿Qué puede ser mejor que volver a comenzar, volver a equivocarnos o vivir nuevas experiencias llevando a cuestas el equipaje de lo aprendido en los fracasos?
Aunque ¿realmente es un fracaso? Hace días leí que no era un fracaso terminar una relación, sino seguir en ella aunque no funcione, por lo que entendí que esas respuestas que un día busqué no llegaron porque no me ayudarían a ser mejor persona, ni arreglarían lo que siempre estuvo roto.
Todos llevamos el dolor de manera distinta, unos sustituyen, otros se reprimen, otros olvidan rápido, yo lloré, mucho, saqué mi dolor para empezar sin nada. Después de tanto tiempo me siento plena y con ganas de volver a equivocarme, aprender, llorar y volver a empezar.
El mundo es tan pequeño y la vida es tan efímera, que las oportunidades están allí a la vuelta de la esquina y las voy a aprovechar todas, sola, acompañada... pero nunca dejando de vivir.
Hoy sé que terminar algo, sea lo que sea, nunca es un fracaso, empezar de nuevo es un reto y los retos están para ser mejores.
Sobreviví un amor de esos que causan hipoxia y un desamor desolador, sabiendo que mi corazón siempre recordará lo feliz que fue a su lado y que mi ser le estará eternamente agradecida por lo enseñado, pero sobre todo con una disculpa por no haberte dejado ir antes.
Leonor Herrera
No hay comentarios:
Publicar un comentario